La tecnología forma parte de nuestro día a día: en los últimos 30 años, la sociedad ha pasado de vivir prácticamente en blanco y negro a poder acceder a cualquier tipo de contenido gracias a los avances tecnológicos, tanto en comunicaciones como en dispositivos de última generación.

Pero, ¿qué ofrece la tecnología a la construcción? ¿Cómo ha cambiado el sector en los últimos años?

La actualidad del sector de la construcción

El sector de la construcción tuvo su época dorada en España desde principios de los 90 hasta el año 2007, cuando estalla la burbuja inmobiliaria. En aquel entonces, los precios de las viviendas alcanzaron su máximo histórico, lo que provocó el inicio de una crisis económica que duró cerca de seis años.

Como ya se apuntaba en el Barómetro de Arquitectura y Edificación del año pasado, el sector no es ajeno a la incertidumbre mundial y a los efectos de la crisis provocada por el conflicto entre Rusia y Ucrania.

La transición tecnológica en la construcción

Poco a poco, la tecnología está remodelando al sector, haciendo que pueda llevar a cabo proyectos a mayor escala.

Una de las partes más importantes y que más impacto están teniendo en la construcción es la sostenibilidad: el uso de materiales menos agresivos con el medio ambiente para reducir la contaminación y aumentar la eficiencia energética de las edificaciones es una de las premisas con las que trabajan promotores y empresas distribuidoras de materiales.

Productos fabricados a base de corcho, viruta de madera o los polydros están siendo cada vez más utilizados en la construcción, ya que combinan diferentes propiedades que dan como resultado soluciones aislantes, además de sostenibles.

Algunas previsiones para el 2023

Europa, dividida en dos

Según el último informe de Euroconstruct, la red de agentes de la construcción europea, la previsión a nivel de países para 2023 es poco unánime.

Una parte de los países de la red han rebajado sus expectativas con respecto a las del informe del semestre pasado, mientras que otros han hecho lo contrario, puesto que confían que parte de la producción perdida durante 2022 conseguirá materializarse durante 2023.

España, expectativas positivas

España pertenece al grupo de países en donde se confía que en 2023 podría aflorar parte de la producción que tuvo dificultades de ejecución en 2022.

Si este trasvase coincide con una estabilización de los costes, se puede aspirar a que este año resulte más expansivo que en la previsión de seis meses atrás. La proyección para el 2024 (3%) es también algo superior, pero todavía resulta insuficiente para compensar la revisión a la baja del 2022.

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